Si bien es cierto que es la esencia de cada marca lo que le distinguirá entre las demás, hay algunos principios fundamentales aplicables en general al branding y a sus estrategias:
Una marca que tiene claridad en su propuesta de valor hace que también tenga el poder de influir en su mercado. Conocer tu lugar en la industria te pone en ventaja para saber cuánto vales y no aceptar nada menos por tu producto o servicio.
Las marcas líderes generan constantemente nuevas oportunidades de conectar con su público. Esto exige experimentar con nuevas ideas, creando vías innovadoras de crecimiento en las áreas existentes de tu negocio.
Gran parte del esfuerzo que realizan las marcas poderosas se enfoca en entablar una mejor comunicación con sus clientes. Es precisamente en esta relación bidireccional en donde puedes conocer lo que piensan y, cuando ven aplicado ese conocimiento/feedback, logras que se sientan parte del mejoramiento de tu marca.
Hoy día, los mejores talentos buscan una mayor colaboración con las marcas que consumen. Convierte a tu marca en ese lugar al que tu grupo objetivo quiere pertenecer, ya sea como colaborador, como embajador, o creando una nueva figura con la que logre sentirse parte de la marca que consume. En otras palabras, rompe el esquema marca-cliente, crea oportunidades de sinergia en las que surja una conexión genuina con quienes te conocen mejor que nadie: tus consumidores.
Estás a un minúsculo detalle de que ese tweet –positivo o negativo- se vuelva viral. La tecnología nos ha empoderado a todos para evaluar, comparar, experimentar y compartir nuestras experiencias en tiempo real. Asegúrate de que tus consumidores le den a conocer al mundo lo bien que haces tu negocio, prestando atención a los detalles. Para lograr esto, es perfectamente válido, y a veces hasta necesario, buscar alianzas estratégicas para alcanzar resultados impecables.
¿Qué buscas alcanzar? ¿Cuál es la prioridad entre todas las metas de tu marca? Define claramente cuáles son tus objetivos, establece metas reales a corto y mediano plazo, y llevarás la ventaja en el partido (que pasa si no, lo logras en el tiempo estimado cuales serían las consecuencias).
Siempre hay algo por mejorar. Mientras más rápido identifiques tus puntos débiles, más rápido podrás corregir y redirigir el curso de tu estrategia.
Aprovecha el momento (y el momentum). Crea planes de acción con fechas y responsables de cada tarea para poder llevar a cabo las acciones que deseas realizar. No hay segundas oportunidades, el momento es ahora.
Si ocurre algo que cambie tus planes, como por ejemplo, que llueva en verano, debes buscar la forma de sacarle provecho. Anticipa escenarios y posibles soluciones para que, sin importar las circunstancias, siempre salgas ganando.